En el fútbol antiguo se veía el fútbol como algo analítico, muy semejante al atletismo, con entrenamientos que se basaban en esta metodología. Posteriormente, se ha evolucionado al entrenamiento integral o globalizado con la concepción del fútbol como un todo, una unidad que integra adversarios, compañeros y fundamentalmente, el balón. En estos momentos, se descubrió que se podría aumentar el rendimiento de los jugadores si se trabajaba de forma conjunta, si se creaban asociaciones entre ellos, si se trabajaban aspectos tácticos,,,, si con ello se conseguía optimizar la preparación del futbolista.
¿Cómo se puede optimizar mejor la preparación del futbolista, de forma global o personalizada?
Resulta difícil posicionarse en un extremo u otro. En el fútbol existen estructuras condicionales, coordinativas y cognitivas, que además proporcionan al entrenador las herramientas perfectas para realizar su trabajo y poder preparar al futbolista mejor. Pero además, el fútbol es competición, siempre se debe tratar de superar a un adversario, un grupo adversarios un equipo rival. Por tanto, el entrenador debe plantearse en base a la competición, que quiero, que me da y basándose en el jugador, que quiero, que me da, y como no, al modelo de juego que cada entrenador posea, y con todo ello establecer las variables necesarias para poder superar la competición.
Más que establecer una distinción entre metodologías, un entrenador debe determinar que quiere, tener un criterio de trabajo en función de las necesidades que requerirán de una u otra metodología, o de la famosa periodización táctica aplicada por MOU o Villas-Boas. Es decir, podemos darles el balón siempre a los futbolistas en nuestras sesiones, pero por qué? En base a qué? Pero también podemos trabajar sin balón la estructura condicional, pero por qué?
Sin un camino trazado, es difícil llegar a un destino.
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