Cuándo y cómo castigar
Somos muchos, los que a estas alturas del año, estamos planificando la nueva temporada en el equipo. Son tiempos de diseñar objetivos, contenidos, claves del éxito,,, y normas para el buen funcionamiento del grupo. Pero sobre todo, para mejorar cada temporada como entrenador.
El no cumplimiento de unas normas definidas y conocidas por todos, de antemano, ¿Va a llevar un castigo?
El castigo no sirve para aprender
En este punto, es el momento en el que debe quedar claro que el castigo no sirve para aprender. Sirve para eliminar una conducta o una acción no deseada.
El psicólogo Pep Marí lo explica así en una de sus conferencias: "Hay que advertir que las conductas serán castigadas y que sanciones tendrán. Los jugadores deben estar advertidos. Ya lo sabías, no te sorprendas ahora. Son útiles los reglamentos internos de los equipos. Lo que puede ser sancionable ya está claramente definido. También su consecuencia. Se trata de aplicar lo que ya sabíamos todos."
Tras esta afirmación de Marí, surge una clara cuestión, ¿Cómo se castiga? ¿Penalizamos o quitamos privilegio?
Es mucho mejor castigar quitando un privilegio que no cometer el fallo de penalizar con una acción determinada. Supondrá una mejor eliminación de una conducta no deseada, por ejemplo, quitando la capitanía a un jugador infractor, que haciéndole dar vueltas al campo sin sentido, mientras el resto realizan una tarea determinada. Perdida de tiempo para todos y nada de reflexión.
No cometamos ese error a la hora de planificar y mejorar como entrenadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario